domingo, 21 de agosto de 2011

Los plátanos, el potasio-40 y mucha demagogia.

En estos últimos cinco meses he oído hablar a menudo del potasio-40 y de lo muy radioactivos que son los plátanos por su alto contenido en potasio. Lo he oído de la boca de expertos que ninguneaban la contaminación que está saliendo contínuamente de los reactores y piscinas de Fukushima, comparando las mediciones de radiación y las dosis que se adquiría en un día, o en una hora, con el hecho de comerse un plátano.

Lo he oído y leído muchísimas veces y creo que es necesario aclarar algunos conceptos, por lo que hoy toca repasar lo que sabemos sobre el potasio.

El potasio tiene varios isótopos, y entre ellos está el potasio-40 que tiene un período de semidesintegración largo, 1,277 × 10^9 años.

Una persona de 80 kg tiene unos 280 gr. de potasio en el organismo (0,35% en peso), de los que un 0.0117% es k-40. pues cada 39 gr contienen un mol de átomos, osea, que 280 gr. da para 7,18 moles, poco más o menos.

Átomos, tenemos 4,323796 x 10^24, de los que el 0.0117% (porcentaje de k-40 natural) unos 5,05884132x10^20 átomos de k-40. Pues de esta cifra de átomos se desintegrarán la mitad en ese tiempo... a un ritmo medio de 6.280 desintegraciones por segundo. Al ser la velocidad media entre toda la masa presente y la que quedará al final del período será la mitad esa cifra es la esperable para el 0,75% del k-40, con lo que esa persona tendrá unas 8.373 desintegraciones por segundo de potasio 40 en su cuerpo.

De estas desintegraciones el 11,2% decaen a argón 40 emitiendo un positrón y la correspondiente oleada de rayos gamma cuando el positrón se tropieza con el primer electrón. El 88,2% restante decae mediante radiación beta a calcio 40.

Pero volviendo al plátano, es un fruta con mucho potasio, y el potasio que tiene viene con su 0.0117% de potasio 40, y sí emite radiación, pero la cantidad de potasio en el cuerpo es una constante, eliminamos el potasio que nos sobra, y que también tendrá su 0.0117% de potasio 40, con lo que no podemos remediar esa radiación y no nos afecta en nada que el plátano sea radioactivo, como nosotros, o como el abono para plantas, ricos en potasio.

Comparar esta relación del ser humano con la radiación natural (también carbono 14 o 13 y tritio emiten radiación y forman parte de nosotros), que ha estado ahí a lo largo de toda la evolución, y con la que hemos convivido siempre y que ha facilitado evolucionar, y además decir o escribir ésto un experto, un profesor universitario, un técnico de TEPCO, o del gobierno japonés, alguien de la AIEA, tiene muy mala baba, porque viene con la voluntad de engañar, de despistar. Este tipo de comparaciones que hacen los pronucleares son tendenciosas, demagógicas y tienen la tremenda gravedad del que engaña conociendo... ejerciendo de experto pero no para transmitir lo que sabe, sino para tejer una maraña de mentiras que, supuestamente, desmonten los argumentos antinucleares.

La diferencia esencial entre el plátano y el cesio-137 o el yodo-131 es que del potasio-40 no hemos podido prescindir nunca. De más radiación creada artificialmente en la biosfera sí que podemos prescindir. Que cuenten la verdad de lo que está ocurriendo y el alcance del problema. Son expertos y lo conocen los peligros de la asimilación de cesio, yodo, estroncio, con períodos de semidesintegración cortos* y que se fijan en nuestro organismo y se quedan ahí sumando su irradiación a la natural, o peor aún, partículas que se puedan fijar en el pulmón y que se queden ahí, irradiando la misma zona contínuamente. Que las autoridades permitan cesio hasta tantos becquerelios por quilo no significa que eso está bien, ni que sea sano.

Los niños que se alimentan con muchos plátanos no son más radioactivos que los que no probaron un plátano nunca. Los niños que comieron comida contaminada alrededor de Chernóbil sí lo son. No se puede comparar una cosa y la otra.

* El estroncio 90 tiene un período de semidesintegración de 28.8 años, se fija en el organismo como si fuese calcio.
* El cesio 137 tiene un período de semidesintegración de 30.23 años, y dentro de nuestro organismo tiene un funcionamiento similar al potasio. Es tan tóxico que es la principal causa de que siga estando prohibido acercarse a Chernóbil.
* El yodo 131 tiene un período de semidesintegración de tan solo 8 días. Irradia a gran velocidad con partículas beta y radiación gamma. Se fija en la glándula tiroides.

No hay comentarios:

Publicar un comentario