Llevo sin actualizar este blog mucho tiempo, pero no he dejado de seguir la actualidad que nos viene desde la costa oriental del norte de Japón en estos dos años y pico.
Dicho ésto voy a intentar resumir, de forma que se entienda con facilidad cual es la situación actual.
A lo largo de estos dos años y medio la empresa propietaria del cadáver en que quedó convertida la instalación de producción de energía eléctrica nuclear de Fukushima ha podido hacer bien poco por solventar la situación.
La central y todo el territorio que la circunda es una zona radioactiva donde no se podrá volver a hacer vida normal nunca, si el término nunca lo ceñimos a lo que dure la actual civilización. Esto dificulta enormemente los trabajos que hay que llevar a cabo.
La posibilidad de enterrar Fukushima en cemento no es viable. Entre que está situada a la orilla del mar y que los coriums de tres de los reactores han fundido todo el cemento de los recintos de contención, probablemente también el de los cimientos, y vayan ustedes a saber cuántos metros han profundizado en el subsuelo antes de solidificarse y enfriarse lo suficiente como para dejar de fundir minerales debajo suya.
En Chernóbil escavaron una caverna debajo del reactor y la rellenaron de cemento para poder parar "la pata de elefante", en Fukushima eso ya no es viable. De hecho la empresa propietaria, el gobierno japonés y la IAEA están empeñados en un proyecto de desmantelación total de Fukushima, que el tiempo demostrará imposible también.
De momento se han dedicado a contener toda el agua contaminada que son capaces de contener de la que está siendo imprescindible utilizar para mantener frío el combustible que tienen, más o menos, controlado. No han sido suficientemente efectivos en esta tarea y han estado vertiendo meses y meses toneladas y toneladas de agua contaminada al Pacífico, bien la que les rebordaba de los depósitos que llevan instalado en superficie, bien aguas subterráneas incontroladas a pesar de los intentos de apantallar la costa para que la capa freática no quede en contacto con el Pacífico.
En cuanto al desmantelado de la central, la han desescombrado mucho, han construído una estructura metálica y plástica para soportar una grúa con la que retirar el combustible depositado en la piscina de maniobra del reactor 4, que era el único de Fukushima I que no estaba en funcionamiento en el momento del terremoto y posterior tsunami. En esa piscina teníamos 1533 ensamblajes de combustible, la mayoría de ellos usados, y unos cientos sin usar preparados para la que tenía que haber sido siguiente recarga de ese reactor.
Pues bien. La semana pasada TEPCO inició la retirada de combustible nuclear de esa piscina de maniobra. Empezaron bien, aunque el proceso es lentísimo. Retiraron 22 barras de uranio enriquecido sin usar en el reactor, sin mayores problemas. Pero esta mañana ya no pudieron completar la operación de retirada de otras 22 barras. Tocaba sacar combustibble usado y fueron capaces de arrancar 6 de ellas del enrejado de la piscina al contenedor de transporte. La séptima ya no.
Escombros, haber usado agua de mar para refrigerar esa piscina, lo que sea, pero esa grúa que tienen no es capaz de sacar la séptima. Detuvieron la maniobra y mañana podremos saber más... O la semana que viene.
En todo caso si no tuviesen inconveniente ninguno y todo funcionase de libro, al ritmo de 22 ensambles semanales, los 1533 que tenemos en esa piscina, a varios metros sobre el suelo, en un edificio en ruína parcial, tardarían en sacarlos y llevarlos a la piscina común, que sí está construída en el suelo, unas 69 semanas. Ahí es nada.
Gracias por aportar informacion sobre un tema ya casi olvidado en los medios de noticias. Este blog me ha servido para descubrir el Corium, algo intrigante y alarmante ala vez
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